La humedad presente en las fábricas de albañilería, en ausencia de medidas que regulen la expulsión del agua, provoca inevitables y progresivos fenómenos de deterioro: fisuración y desprendimiento de revoques, revestimientos y acabados; formación de incrustaciones, eflorescencias y moho, hasta la posible afectación estructural del muro debido a la acción corrosiva de las sales disueltas en él, como los sulfatos. La humedad por capilaridad es la principal causa de degradación en una fábrica de albañilería (otras formas de humedad incluyen la accidental, la de construcción, la pluvial y la de condensación). En este caso, el agua contenida en el suelo es absorbida por la mampostería y asciende a través del muro. Una vez convertida en vapor, se expulsa tanto hacia el interior como hacia el exterior del edificio. Durante su ascenso, las sales presentes en el agua se depositan y cristalizan en la superficie del revoque, formando una costra que impide la evaporación de la humedad y genera un aumento de presión hacia el exterior. El exceso de agua que no logra salir dilata la mampostería hasta provocar el desprendimiento del revoque. Los ciclos de rehabilitación deshumidificante están diseñados para tratar la humedad ascendente del subsuelo, la condensación causada por una ventilación insuficiente en espacios subterráneos y las eflorescencias derivadas de los agentes atmosféricos. Los ciclos IVAS pueden aplicarse a cualquier tipo de mampostería (ladrillo, fábrica mixta, hormigón armado, piedra), tanto en el interior como en el exterior del edificio.
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